martes, 22 de enero de 2019

Yhorm , el Gigante


Yhorm , el Gigante

Descripción

Como su propio nombre indica, se trata de un gigante. Este lleva una armadura y una especie de corona encima de su cabeza. Sus ojos son rojos y en la segunda fase del combate su ropa se prenderá fuego. Su arma parece un hacha alargada sin mango.

Al igual que otros Señores de la Ceniza, su cuerpo y armadura están cubiertos por varias cicatrices y cortes ardientes.



Localización

Se encuentra al final de la Capital Profanada, en una gran sala del trono ubicada entre dos salas del tesoro custodiadas por sirvientas carceleras, mímicos y gárgolas.

Lore

Hace mucho tiempo, el gigante Yhorm, descendiente de un antiguo conquistador, fue llamado a dirigir a su pueblo antaño subyugado, con una espada pesada y un escudo duro como la piedra. Yhorm regaló una espada matagigantes a aquellos que no confiaban en él, para demostrar su fiabilidad. Arriesgó todo por su gente en la primera línea, luchando valientemente como vanguardia de un solo hombre. Se afirma que perdió a alguien a quien él quería y, como resultado, abandonó su gran escudo, posiblemente como un gesto de respeto a su ser querido debido a su incapacidad para protegerlo. Un día sujetó un machete con su mano izquierda, lo que le permitió desarrollar la técnica aplastante que fue su legado. En algún momento, el solitario Yhorm se hizo amigo de Siegward de Catarina, quien se convirtió en un querido amigo suyo.

Debido a una maldición desencadenada por un grupo de mujeres, familiares de cierto oráculo, se encendió la Llama Profanada, convirtiéndolas también en criaturas descuidadas y codiciosas. Esta llama infernal cayó del cielo, destruyendo la ciudad e incinerando a todos sus habitantes. A pesar de que algunos pensaban que el gigante pudo haberlo provocado, Yhorm se convirtió en Señor de la Ceniza para dar descanso a la Llama Profanada, pero incluso con este sacrificio fue incapaz de salvar a su pueblo.

Antes de quemarse en la Primera Llama, Yhorm le entregó el otro Soberano de las tormentas a Siegward, quien le prometió poner fin a su sufrimiento si este regresaba a la vida.

Porqué no tomó su trono es incierto, pero debido a la razón de su sacrificio y su naturaleza solitaria, debió sentir demasiada desesperación al ver el estado de su hogar y del mundo para molestarse en volver a enlazar el fuego.

Estrategia

La mayor parte de los ataques de Yhorm no son difíciles de evadir, sin embargo, casi todas las armas, incluso las que fueron reforzadas enormemente, no le producirán ningún daño significativo. La clave para derrotarlo se encuentra junto a su trono, un espadón conocido como el Soberano de las tormentas.

Al activar la habilidad del Soberano de las tormentas, "Rey de la Tormenta", el jugador golpeará la espada contra el suelo, desencadenando una furiosa tormenta que causará una gran cantidad de daño a Yhorm (se precisarán más o menos 4-5 golpes cargados de tormenta, para acabar con él). Para usar la habilidad, el jugador primero debe mantener la postura durante unos segundos, momento en el cual el viento alrededor de la espada se intensifica.

Si el jugador ha terminado la quest de Siegward, él entrará en el combate con su propio Soberano de las tormentas, que le fue dado por el propio Yhorm, haciendo la pelea mucho más fácil.

El jugador puede optar por entrar a la arena de batalla e ir directamente hacia el Soberano de las tormentas. Una vez adquirido, puede salir del juego y continuar luego. El jugador aparecerá de nuevo frente a la puerta de niebla. Allí puede cargar el espadón y hacer los preparativos adecuados antes del combate.

Una estategia alternativa es usar un arma de largo alcance, como el Espadón, y atacar los brazos y la cabeza de Yhorm, ya que toman cerca del doble y triple de daño de sus piernas, respectivamente. Eventualmente Yhorm quedará aturdido y podrá ser apuñalado para infligirle daño masivo a la altura de la habilidad especial del Soberano de las tormentas.

- Batalla muy épica que siempre me ha gustado.



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